El tiempo a través de una lata
por amarilloverdeyazul.com
Indagando por Internet hemos tenido la suerte de conocer un proyecto verdaderamente curioso e interesante. Está íntimamente ligado a la fotografía y el reciclaje. Pero no es un proyecto de fotografía cualquiera: se llama “Time in a can” o, traducido, “El tiempo en una lata”. Como bien se desprende de su nombre, la iniciativa no sería posible sin el uso de latas de bebidas habilitadas para la ocasión.
El objetivo del Estudio Redondo (Madrid), impulsor de este asunto, consistió en abrir 200 latas, efectuar un minúsculo orificio en su cuerpo, pulirlas escrupulosamente, forrar el interior de sus paredes con papel fotosensible y cerrar de nuevo herméticamente cada lata con la única entrada de luz que la que proporcionaba el diminuto agujero. Después, trasladadas en condiciones de oscuridad total, se colocaron las latas en lugares estratégicos distribuidos por todo el planeta gracias a la colaboración de 40 profesionales de la fotografía que ubicaron estas originales cámaras fotográficas –soligráficas sería el término exacto- por el Hemisferio Norte y el Hemisferio Sur de la Tierra. Una vez colocadas -al aire libre- las latas capturaron la luz a lo largo de ¡seis meses! dando lugar a las maravillosas soligrafías de las que podéis disfrutar.
El proyecto “Time in a can” sumerge sus raíces en aquellos bigotudos pioneros de la fotografía que, ya en el siglo XIX, capturaban las primeras imágenes en papel gracias a un revolucionario invento diseñado siglos antes: la cámara oscura. Ésta era una pequeña caja opaca que permitía penetrar la luz a través de un agujero muy pequeñito. Luz que quedaba reflejada en papel proyectando la imagen que captaba y que podía servir de pauta para dibujar sobre ella, copiando la imagen captada.
Cuando se descubrieron los materiales fotosensibles (papel fotosensible), la luz quedaba directamente impregnada en el papel dando lugar al tipo más primitivo de fotografía. La cámara oscura pasó a convertirse en cámara estenopeica, que necesitaba un tiempo de exposición de la luz mucho mayor que una cámara de fotos analógica para reflejar la imagen sobre el papel fotosensible.
Las fotografías resultantes de la luz capturada entre el invierno de 2011 y el verano de 2012 provienen de distintos puntos de Argentina, Nueva Zelanda, Indonesia, Chile, Estados Unidos, Colombia, Uganda, por el Hemisferio Sur; y de Grecia, Suecia, Alemania, España, Francia, Irlanda, Estados Unidos, Egipto, Finlandia, Bulgaria, Reino Unido, Polonia, Noruega y China, por el Hemisferio Norte.
En este enlace podéis ver el proceso de preparación de las latas antes de ser distribuidas por todo el mundo y aquí la galería con todas las soligrafías captadas por los 40 participantes. Podréis observar como el Sol va dejando un rastro de luz en el cielo formando un ancho arco. El arco más alto pertenece al Sol de verano (días mucho más largos) y el más bajo al Sol de invierno (días mucho más cortos).
Aunque puede parecer un poco complicado elaborar una cámara estenopeica con una lata, tal vez algún profesor intrépido se atreva a intentarlo con sus alumnos en clase. Si es así le instamos a que después nos lo cuente y lo comparta con otros educadores en nuestra Comunidad Educativa. Y no olvidemos que las latas de bebidas pueden ser recicladas si las depositamos en el contenedor amarillo junto al resto de latas, briks y envases de plástico.